ATO, 22 de julio de 2019
22 julio, 2019ATO, 9 de septiembre de 2019
10 septiembre, 2019
Asamblea Templaria de Oración
Del lunes 29 de Julio al domingo 4 de Agosto de 2019
Anno Templi 901
31 de Julio, San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.
Llegamos al mes de Agosto, periodo estival en nuestra querida España.
Durante este mes disfrutamos muchos del descanso, la relajación, la soledad, y a la vez momentos de bullicio, fiestas patronales, reuniones familiares, amigos, disfrute de la naturaleza y de todo aquello que Dios generosamente a puesto a nuestra disposición.
Es un buen momento para pararse a hablar con Dios, y a reflexionar sobre lo que uno ha hecho este curso y hacer planes para el siguiente. Queridos Hermanos os invito a que este mes hagamos todos, esta reflexión.
Analicemos qué significa para nosotros ser Caballero del Temple, ¿en qué me distingo de quien no lo es?, ¿qué obras he llevado a cabo este curso?, ¿me he preocupado por La Orden, sus miembros, sus proyectos y actuaciones?, ¿cómo participo en La Orden? ¿qué puedo hacer el curso que viene en mi entorno más cercano?, ¿cómo puedo colaborar a cambiar el mundo y hacer más próximo el Reino de Dios?, ¿cómo puedo colaborar con La Orden para que siga creciendo y expandiendo el mensaje de Cristo?¿ Qué acciones concretas me propongo? ¿Estoy dispuesto a comprometerme?
Ser Templario no es vestirse con su indumentaria, ni añorar el pasado y la Edad Media, ni ser intransigente e intentar implantar un cristianismo por la fuerza. ¿Qué es realmente ser templario hoy en día? ¿Si me quito el manto y no digo pertenecer a La Orden, se reconocerían mis obras, valores y actuaciones como las de un verdadero Templario?
Reflexionemos sobre todo ello y hagamos propósitos concretos para el curso que viene. Para todos aquellos que disfrutamos del verano
¡FELIZ VERANO HERMANOS!
TEXTOS DE LA SEMANA
Domingo XVIII del Tiempo Ordinario
Lucas 12, 13-21
Uno de entre la gente dijo a Jesús: –Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. Jesús le contestó: –Amigo, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? También dijo: –Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!’ Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida.’ Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?’ Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios.”
LECTURA
¿Qué dice el texto?
El mensaje de este evangelio es muy simple: “no seas avaricioso”.
Jesús nos enseña que la vida es fugaz, no la controlamos, no somos dueños del tiempo, y nada de lo que tenemos nos lo llevaremos. No podemos vivir esclavos y preocupados por las riquezas y bienes materiales cuando no sabemos si los disfrutaremos. Vivamos con moderación cada momento de esta vida.
MEDITACIÓN
¿Qué dice de mí y qué me dice este texto?
En muchos lugares del mundo la gente lo pasa mal, y en otros se despilfarra o vivimos poniendo en riesgo nuestra salud por la obesidad. Lo mío es mío y lo de los demás también.
¿Soy de los que compro el mundo o justifico mis actuaciones en función a mis intereses?¿Me preocupa la explotación de nuestros hermanos, en terceros países, para satisfacción de nuestros caprichos? ¿Acumulo bienes como si me los fuera a llevar al más allá? Utilicemos y disfrutemos de los bienes que Dios no ha dado con racionalidad, de forma sostenible, sin acapararlos, compartiendo con los demás, como nuestro creador los ha compartido gratuitamente con nosotros.
ORACIÓN
¿Qué me hace decirle a Dios este texto?
Padre tú nos enseñaste a ser generosos, a compartir con nuestros hermanos, en disfrutar de las cosas materiales de esta vida pero sin ser esclavos de ellas.
Padre, te pedimos que infundas en nosotros el valor y sentimiento de solidaridad para que compartamos con los demás todo aquello que tú has compartido con nosotros y nos has regalado gratuitamente.
CONTEMPLACIÓN
(Permaneced en mi amor, Jn 15,9)
Acepta la mirada del Dios que te ama. Acepta tus nuevos ojos para mirar al ser humano, al mundo, para verle a él y conocer su voluntad. No es momento de preguntas sino de permanecer en calma ante Dios, de sentir ser mirados, y quedar abrazados a la Palabra que nos salva
ACCIÓN
¿Qué compromiso me sugiere este texto? (Vete y haz tú lo mismo, Lc 10,30-37)
La Luz del Espíritu y la fortaleza de la Palabra nos enseñarán a contemplar las cosas desde Dios y a acoger en la vida lo que es conforme al Evangelio de Jesús.
Dios Padre te necesita, cuenta contigo, te pide acciones concretas cada día para transformar la humanidad con su Palabra. Proponte cada día una acción concreta que vaya cambiando tu ser.
FORMULA ORACIONAL
de la ASAMBLEA TEMPLARIA DE ORACIÓN
1- Posición y relajación del cuerpo, en pie, sentados o arrodillados cada uno asumiendo la postura que favorezca más su concentración. Lo importante, independientemente de la posición que se adopte, es colocarnos con la actitud de un ser ante su Creador y Padre, rodeados y acogidos por su fortaleza y ternura y transportados al tiempo eterno.
2- Cerrar los ojos. Calmar toda emoción. Silenciar toda actividad mental discursiva e imaginativa. Alcanzar el máximo de intensidad para, como sugiere el Papa Francisco sentir que “La oración no es magia, sino un confiarse en el abrazo del Padre. Tú debes orar a quien te engendró, al que te dio la vida a ti concretamente”.
3- Desde esa actitud, sintiendo como dice Francisco que “tenemos un Padre cercanísimo que nos abraza”, recitamos el Padrenuestro de forma sentida:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, porque nosotros ya hemos perdonado a quienes nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y en los siglos de los siglos.
Amén.
Versión en Latín:
Pater Noster, qui es in coelis, sanctificétur nomen tuum.
Adveniat Regnum tuum, fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie, et dimitte nobis débita nostra, sicut et nos dimitímus debitóribus nostris.
Et ne nos indúcas in tentationem, sed libera nos a malo.
Quia Tuum Regnum, et Potestas et Gloria, Pater, Filius et Spiritus Sanctus, nunc et semper et in saecula.
Amen
4- A continuación, siguiendo la indicación de nuestro padre San Bernardo que dice que “ésta es la voluntad de Dios: quiere que todo lo tengamos por María”, rezaremos el Ave María.
5- Continuamos centrando la atención dentro de nosotros mismos, en el corazón, tratando de sentir la presencia del Espíritu de Dios en él. Y así, siguiendo el ritmo de la respiración, según el método de Oración Hesicasta decimos interiormente:
"Señor", (alargando la pronunciación al tiempo de la inspiración; al expirar, en profunda meditación decimos): " ten piedad "....
"Señor (inspiración), ten piedad (expiración), o bien: " " Señor Jesucristo (inspiración) ten piedad (expiración).